Esta pieza la hemos visto miles de veces en distintas viviendas, despachos, salas de estar, oficinas… y si no ha sido esta silla, ha sido alguno de los centenares de copias e imitaciones que se sucedieron desde su lanzamiento en 1925.
La silla Wassily, también conocida como Modelo B3, fue diseñada por Marcel Breuer en 1925-26 mientras era director del taller de ebanistería en la Bauhaus, en Dessau, Alemania. Esta silla es un hito en el uso de materiales en el diseño y fabricación de mobiliario. Breuer solía desplazarse a su trabajo en bicicleta y en uno de esos desplazamientos se percató de que si el acero tubular, un material ligero y resistente, podía ser doblado y para fabricar manillares de bicicleta, también podría serlo para la fabricación de mobiliario. Y así nacieron los primeros bocetos de esta silla, la B3.
De este modo dibujó y moldeó el elegante e intemporal perfil de esta pieza, cuyo resultado parece el esqueleto de un sofá tipo Chester al que se le hayan quitado los cojines y el relleno, y sin embargo, tan cómoda como estos butacones. El revolucionario uso del acero en su fabricación, cambiaría la forma de entender y fabricar mobiliario desde entonces.
A pesar de la creencia popular, la silla no fue diseñada para el pintor no-objetivista Wassily Kandinsky, quien fue docente simultáneamente en la Bauhaus. Sin embargo, Kandinsky había admirado el diseño completado, y Breuer fabricó un duplicado para la oficina personal de Kandinsky. La silla llegó a conocerse como «Wassily» decenios más tarde, cuando fue re-editada por un fabricante italiano llamado Gavina que había aprendido de la anecdótica conexión con Kandinsky en el curso de sus investigaciones sobre los orígenes de la silla.